martes, 21 de abril de 2009

"Empleado Clarín del mes" Ernesto Tenembaum


"La llegada del kirchnerismo al poder cambió a Hebe de Bonafini. Lentamente se fue sumando a la legión de pragmáticos, lo que no está mal per sé. Al fin y al cabo, ella tiene todo el derecho de hacer lo que le parezca. Pero la transformación fue evidente. Se sumó a un proyecto político en el que creía –en el que cree—y eso le obligó a dejar de decir que no. Por ejemplo, en estos días el gobierno nacional calla ante la denuncia de los médicos de Charata sobre la presión del kirchnerismo chaqueño para que silenciaran los casos de dengue. Hebe no dice nada. En estos días se supo cuánto creció el negocio de los juegos de azar –un claro mecanismo de expoliación del pueblo a manos de un grupo de vivos-- amparados por el oficialismo en estos cinco años. Hebe no dice nada. La relación entre PBI y porcentajes de pobreza es la más escandalosa de la historia argentina: nunca el país produjo tanto con tantos pobres. Hebe no dice nada. El kirchnerismo le regaló las tierras de El Calafate a sus dirigentes amigos. Y ella no dice nada."
E.T. hizo sus méritos, acá.
Rajen del cielo
La nota, como todas las que escribe Tenembaum, viene tuneada con sentido crítico, cuando en realidad carece del mínimo análisis político o histórico. Parece que se enmarca en esta nueva onda del Periodismo Serio, de opinar sin escarbar demasiado los temas. Este tipo de notas se cotizan alto desde el conflicto agrogarca, pero ya venían escribiéndose: el periodista dice lo que se le antoja sin atreverse a miradas más profundas.
Es muy fácil decir lo que dice de Hebe de Bonafini, pero ¿no es fácil acaso ponderar, (digo, por ejemplo, como para entender a Hebe y su cambio) la anulación de las leyes del perdón, con todo lo que eso implica, ya no para la sociedad, sino directamente para un familiar de alguien desaparecido y/o torturado?
Reconozco que es un poco más difícil para este tipo de periodismo, investigar o al menos recordar el principio de este gobierno, y los ninguneos que Hebe le dedicada a Néstor Kirchner cuando, según ha contado ella misma, la llamaba por teléfono para invitarla a los actos en la Casa de Gobierno, y ella lo dejaba pagando.
Porque a Kirchner (obviamente esto no lo tiene que saber un periodista; los periodistas están para otra cosa, como por ejemplo el osssssooo de Obama a Cristina, en eso son buenos) le costó hacerse del respeto de Hebe. Y, que se sepa, se lo ganó con hechos más que con promesas (¿no es eso lo que piden los periodistas serios de este país? ¿Y por qué cuando uno lo hace lo acusan de “comprar” banderas de DDHH?). Entre estos hechos, la anulación de las leyes mencionadas; lo de la Esma; la recuperación del discurso oficial por los Derechos Humanos, perdido durante los 90; imponer un feriado nacional el 24 de marzo para que en las escuelas los chicos al menos pregunten a qué cuernos se debe y los funcionarios hagan los actos que corresponden; bancar los proyectos de sus fundaciones (porque a las palmaditas en el hombro la dan todos…)
Evidentemente el Periodismo Serio está para otra cosa. Para la chicana fácil, para la frase eficaz, para el latiguillo que provoca sonrisas satisfechas (o, al contrario, estómagos crispados) en las clases medias intelectualizadas, y que les sirve para llenar de mails (odiosos y odiadores) las casillas de correo.
Encima, con la liviandad propia del que se toma al periodismo como hobbie bien pagado, E.T. critica a Verbitsky porque apoya a este gobierno. Más allá de lo que cada uno opina de H.V. ¿podrá compararse este mequetrefe de Clarín con un tipo que, piense lo que piense, al menos investiga y tira decenas de datos cada semana, mientras los nuevos marmotas del periodismo se limitan a decir lo que sienten, como si estuvieran haciendo terapia pública?
Vamos los periodistas, rajen del cielo.

"LA LUCHA ES DE IGUAL A IGUAL CONTRA UNO MISMO". Jacinto Alvarez.

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